Yo no paro de sorprenderme con la evolución de nuestra civilización.
Ahora resulta que si eres perfeccionista, tienes un alto sentido de la responsabilidad y estás comprometido al extremo con tu negocio, eres un enfermo.
En concreto, padeces sisifemia.
Ya ni siquiera estás estresado o quemado. Ahora estás sisifémico.
¿No sabes de qué te hablo?
Pues mira, resulta que hasta ahora no existía un término para definir la obsesión derivada de la ambición, la autoexigencia, el perfeccionismo y el querer hacerlo todo bien en el trabajo.
Y como todo tiene que tener un nombre, pues han elegido “Sisifemia”. (En la posdata de cuento de dónde sale el nombrecito)
Este trastorno afecta a aquellas personas incansables que se enfrentan constantemente a la tarea aparentemente imposible de lograr un objetivo inalcanzable.
Esas que por mucho que uno se esfuerza nunca se llegan a completar.
Y se caracteriza por una carga mental extrema, largas jornadas laborales y la necesidad constante de superar expectativas personales.
Sus síntomas son:
- Autoexigencia extrema
- Perfeccionismo obsesivo
- Ambición desmedida
- Agotamiento físico y mental
- Aislamiento social
Dicho en otras palabras…
Los que padecen sisifemia son esos que no pueden distanciarse del trabajo ni en sus días de descanso.
Tampoco duermen bien, porque cuando se meten en la cama su cabeza no para rumiar de forma automática y constante sobre las tareas pendientes, sobre lo que podrían haber hecho mejor, o sobre si han respondido o no bien a un cliente, a un empleado, al jefe…
Además, alarga las horas de trabajo y se somete a jornadas extraordinarias.
Reduce su ocio y su círculo social prácticamente solo al entorno laboral.
Y en consecuencia, no rinde como quiere.
O sea, básicamente la inmensa mayoría de los empresarios, ¿no?
Pero cuidado, que esto no va solo contigo y con tu cualidad de ser empresario, porque según lo que “exijas” a tus empleados, igual también los empujas a padecerlo.
Así que, en la medida de lo posible, esfuérzate por adecuar la carga de trabajo, limitar el volumen de trabajo y marcar objetivos alcanzables.
Porque si no, ya sabes en lo que puede acabar… Bajas médicas por sisifemia.
En fin.
Aunque mi manera de contártelo ha sido un poco en tono jocoso, la verdad es que es preocupante.
Y si crees que lo sufres deberías empezar a ponerle solución, porque por mucho que te encante tu proyecto, no sé yo hasta qué punto merece la pena luchar por él si no vas a tener salud para disfrutar de los éxitos.
Y si no lo sufres, deberías tomar medidas para prevenirlo.
Los expertos recomiendan programas de mindfulness, meditación, relajación, mayor actividad física y eliminación o disminución de los malos hábitos de consumo.
Y por supuesto, un mayor control de la organización.
Porque ya sabes, a río revuelto ganancia de pescadores.
¡Disfruta del día!
Rafael Valero
PD – El término «sisifemia» se inspira en el mito de Sísifo, un personaje mitológico condenado a empujar una roca gigante cuesta arriba, solo para verla caer nuevamente y tener que reiniciar el proceso infinitamente.