¡Hola! soy
Rafael Valero
Mentor de negocios y productividad
Trabajo con empresarios a los que ayudo a organizarse y organizar sus empresas para que puedan hacerlas crecer y vivir bien de ellas.
Podría contarte un montón de cosas...
… porque después de más de 30 años de vida empresarial mi currículum es muy extenso y está lleno de anécdotas y experiencias de todo tipo.
Pero como no quiero abrumarte y que dejes de leer a media página, me voy a limitar a lo básico para que entreveas claramente quién soy y por qué estoy aquí.
Y si quieres saber algo en concreto que no haya puesto aquí, pues me escribes un email y te lo cuento.
Vamos allá.
Abrí mi primera empresa con 21 años.
Sin apenas experiencia laboral, ni estudios, ni tampoco con los conocimientos mínimos que hacen falta para gestionar un negocio.
32 años después llevo a la espalda 6 empresas con sus correspondientes éxitos y fracasos.
Y siempre digo que menos millonario lo he vivido todo como empresario.
Pero esto no me hace especial ni diferente.
Lo siguiente, quizá un poco.
Mi vida la cambió un libro del que no recuerdo el título
Verás.
Hace unos 20 años tenía ante mí el inminente fracaso de mi segunda empresa y me encontraba en una situación realmente desesperada.
Si lo has vivido alguna vez sabrás perfectamente de lo que te hablo.
La situación era crítica, muy crítica.
Porque a la realidad de arruinarme por segunda vez se le sumaba que mi hijo estaba a punto de nacer.
Y eso sin duda incrementaba la presión que ya sentía.
Imagínate mi vida.
Era tan caótica, que si la expresión “ir como pollo sin cabeza” no hubiera existido, la hubiera inventado yo.
Trabajaba de media 14 horas diarias, y muchos fines de semana también me los pasaba en la oficina.
Pero aun así, con todo lo que hacía, con todo lo que me esforzaba, y con todas las horas que trabajaba, no solo no lograba avanzar, sino que seguía yendo hacia atrás.
Pero un día, cuando ya estaba a punto de tirar la toalla y buscarme un trabajo para alimentar a mi futuro niño, sin saber cómo, ni de dónde, cayó en mis manos un libro que me cambiaría la vida.
Un libro, que aunque te parezca difícil de creer por lo importante que fue para mí, no consigo recordar cuál fue.
Pero lo que sí recuerdo es que trataba de organización personal y productividad, y que me hizo ver que trabajar muchas horas y con mucho esfuerzo no era la solución a mis problemas.
La solución estaba en trabajar en lo que de verdad era importante y que tenía que “olvidarme” del resto de cosas.
Ante la situación que vivía, y teniendo en cuenta que tampoco me quedaban muchas opciones, decidí hacer caso de lo que decían aquellas páginas.
No fuera a ser que…
Y el cambio fue espectacular.
Tan espectacular, que aunque seguía trabajando las mismas horas, todo era distinto. Todo era mejor.
De repente tenía más claridad mental, sabía con mayor certeza lo que debía hacer y cuándo, y sentía que tenía el control.
Sobre todo recuerdo la agradable sensación de tener el control.
A partir de ahí las cosas empezaron a mejorar y al poco tiempo incluso pude reducir la enorme cantidad de horas que trabajaba, y también, tomarme libres la mayoría de los fines de semana.
Al final, no solo conseguí sacar mi empresa adelante, sino que, además, al cabo de unos años logré venderla por un dineral.
Está claro que no conseguí salvar mi empresa solo por haberme convertido en un ser más productivo
Pero lo que sí tengo claro es que de no haberlo hecho, todo lo que aprendí después sobre gestión empresarial, y que seguramente es lo que más influyó en el desenlace final, no habría tenido el mismo impacto que tuvo.
Mi obsesión es vivir como quiero, pero sin la obligación de tener que trabajar para conseguirlo
No malinterpretes el enunciado, que no me refiero a vivir del cuento.
Tampoco me motiva que me toque la lotería o me caiga una herencia de un tío desconocido.
El título es literal, especialmente la parte de «sin tener la obligación».
Porque según yo lo veo, no es cuestión de no tener que trabajar para ganarte el pan. Es cuestión de poder permitirte hacerlo solo cuando quieres.
Si te apetece ir, vas.
Si no te apetece ir, no vas.
Y si lo piensas, esta es la definición perfecta del estilo de vida que busca un empresario que aspira a vivir de su empresa, y no para su empresa.
O al menos la que debería ser.
20 años después
Sé que seguramente con lo que te he contado no te baste para que te plantees confiar en mí como tu mentor.
Tú eres empresario y necesitas calibrar antes de tomar una decisión.
Por eso te voy a dar unos cuantos datos más
Verás
En total he montado 6 empresas.
Todas desde cero.
Sin cartera de clientes y, en la mayoría de los casos, sin el dinero suficiente para vivir relajado, ni siquiera los primeros meses.
Sé lo que estarás pensando. Mi mujer piensa lo mismo.
Y con estas circunstancias, ya te puedes imaginar que mi éxito habrá sido dispar.
La primera empresa provocó mi primera ruina.
La segunda, de la que te he hablado antes, conseguí levantarla de la casi ruina, y acabé vendiéndola por un dineral.
La tercera la dejé morir porque me enamoré de la que sería mi cuarta empresa.
La cuarta, que la considero la niña bonita, logré llevarla en menos de 3 años desde cero a más de 100 empleados y varias delegaciones.
Aunque un error estratégico de libro hizo que de un día para otro acabara derrumbándose.
La quinta empresa la cerré por falta de negocio.
Quise innovar, pero no me salió bien. Aunque al menos me di cuenta a tiempo y no me hice mucho daño.
Y la sexta nos lleva al hoy, que la gestiono desde hace 7 años y es con la que espero poder ayudarte.
Como te podrás suponer, he tenido que hacer absolutamente de todo:
De administrativo, de vendedor, de mensajero, de barrendero, de almacenero, de recepcionista, de telemarketer, de…
También he dirigido desde 1 vendedor, y hasta equipos comerciales de más de 50 vendedores.
He vendido a particulares y a empresas.
A puerta fría por casas y empresas, y con llamada concertada.
Y desde hace unos años, también a nivel online.
He dirigido personal de prácticamente todo tipo y condición, y he contratado y despedido muchos empleados.
Y todo esto -y seguramente unas cuantas cosas más de las que ahora no me acuerdo- he tenido que aprenderlo por mi cuenta.
Algunas con el famoso prueba-error.
Y otras muchas con formación…
He leído lo que no está escrito y visto vídeos como para una vida entera.
He dedicado miles de euros y horas en formaciones de todas las clases y tipos relacionadas con la gestión empresarial, la productividad y mi desarrollo como empresario.
He contratado mentores
He… yo que sé. Pon aquí cualquier cosa que te imagines.
Por otra parte, desde que soy mentor de empresarios he ayudado a decenas de empresas de distintos sectores y tamaños, y que pasaban por situaciones también muy dispares.
Circunstancia que ha hecho que a la vez que les ayudaba yo continuara ampliando mis conocimientos y experiencias.
Pero fíjate, aun con todo esto que te he puesto, y que aunque es un mini resumen ya ves que no falta casi de nada, no soy infalible y no lo sé todo.
Pero lo que no sé, sí que tengo claro cómo y dónde buscarlo para solucionarlo.
Porque como muy bien dice un dicho por ahí… »no es cuestión de saber hacerlo, sino de conocer a quien sabe».
Me obsesiono con que la falta de tiempo no sea un impedimento para que mis clientes vivan bien de sus empresas
Te recuerdo que tengo una newsletter.
Desde ella te envío cada día ideas prácticas y consejos sobre gestión empresarial y productividad.
Quizá es el canal perfecto para que veas de cuántas formas puedo ayudarte.
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