Si alguna vez te ha dado por pensar que por qué no vendes lo suficiente, deja de perder el tiempo, porque ya te lo digo yo.
Siempre tiene que ver con lo mismo.
El cómo comunicas.
Da igual el canal que utilices.
El problema es el mensaje, o cómo lo comunicas.
Si no vendes con publicidad, es por el texto, o por las imágenes, o por el canal, o por todo a la vez.
Si no te entra gente a la tienda, es por el rótulo, por el escaparate, por la cartelería, o por todo a la vez.
Si tus vendedores no venden, es porque no saben explicarlo, porque su imagen no va acorde a lo que ofrecen, porque utilizan como apoyo soportes incoherentes, o por todo a la vez.
Si…
Bueno, también podría ser porque lo que vendes no fuera muy bueno y fuera obvio.
Aunque un producto malo, bien comunicado, también se puede vender.
Ejemplos hay a miles.
Por eso, centrémonos en como comunicas lo que vendes, que es donde está la clave.
Mira, es fácil culpar a los clientes pensando que “no se enteran”, porque con lo que tú les ofreces solventarían sus problemas mejor, más rápido, o más barato.
Pero la culpa no es de ellos, es tuya.
Generalmente, porque usas tu idioma y no el suyo.
Y, o bien te expresas con tecnicismos y/o con la jerga típica de tu sector.
O lo que también suele ser muy habitual, que por parecer más grande, más experto, o mejor, utilizas términos grandilocuentes o excesivamente sofisticados.
Como por ejemplo, presentarte como experto recolector en residuos sólidos depositados, en vez de decir clara y directamente, que eres basurero.
Deja de enrollarte explicando a qué te dedicas, y dedícate a decir cómo o en qué les puedes ayudar.
Enfócate en lo que de verdad les importa, que son ellos mismos y nada más.
Diles sin florituras cómo gracias a contratar tus servicios van a solucionar sus problemas.
Demuéstraselo con palabras, con imágenes, o físicamente.
Y no confundas esto que te digo con que no sea importante quién sea quien está ofreciendo el producto o servicio (persona o empresa).
Porque hay clientes que compran determinados productos solo por quién se los está vendiendo.
Como, por ejemplo, cuando te cambias de banco porque el director de tu sucursal se ha ido a la competencia.
Que tú no comprabas los productos de ese banco, tú comprabas a ese director en concreto.
O también muy típico, los que compran iPhone.
Que no están comprando ese teléfono solo porque sea bueno, sino porque es de Apple.
Pero es que, estos han sabido comunicar, en su momento, lo que necesitas escuchar.
En definitiva, baja tu mensaje a la tierra y haz que los que han de escucharte entiendan sin ningún género de dudas qué es lo que puedes hacer por ellos.
Y verás cómo las ventas empiezan a subir.
¡Disfruta del día!
Rafael Valero
PD – Tus clientes son egoístas y solo les importan ellos mismos. Y tú puedes enfurruñarte e intentar demostrarles que tú también eres importante, u olvidarte de ti y vender