Uno de los errores más comunes que cometemos los empresarios, es el de confundir la relación profesional que mantenemos con nuestros empleados, con la amistad.
Es un error que yo he cometido unas cuantas veces, y te aseguro que es de los que peores ratos me ha hecho pasar.
Y como duele tanto, y además es capaz de hundir hasta la empresa más sólida, considero que es un tema sobre el que debes prestar atención.
Verás.
Cuando diriges tu negocio, una de las relaciones más importantes es la que mantienes con tus empleados.
Porque pasas muchas horas con ellos.
De hecho, en la mayoría de los casos pasas más tiempo con tus equipos que con tu familia.
Y está bien, y es necesario, porque quieras que no, son el motor que impulsa tu empresa, y compartís desafíos y triunfos, y también risas y lágrimas.
Se desarrollan lazos muy cercanos.
Pero pasar la línea de mantener un ambiente de trabajo positivo y respetuoso, a tratarlos y que te traten como si fuerais amigos, es bastante peligroso.
Y te voy a dar unas cuantas razones:
Para empezar, porque como líder debes mantener la autoridad, y si los ves, o te ven, como amigos, tomar decisiones importantes y, en ocasiones, establecer límites, se complica.
O sea, que llamar la atención, o incluso despedir a alguien que consideras un amigo, se torna mucho más difícil y, o bien retrasas la decisión, o bien eres laxo, o lo que es peor, que no tomes ninguna decisión.
Por otro lado, te complica la objetividad, porque si el trato es demasiado amistoso puede influirte a la hora de evaluar el rendimiento y tomar decisiones basadas en hechos.
Y ya no hablemos de los favoritismos que pueden minar el respeto de los demás.
Otra razón de peso, es que te puede llevar a hablarles como lo haces con tus amigos, y eso generalmente da lugar a malentendidos y ambigüedades.
Sin contar con que, como habitualmente no son de verdad tus amigos, si no tienen un buen día por lo que sea, igual se toman a mal el tono con el que se lo comunicas.
Y por último, si verdaderamente has entablado relación de amistad y las cosas se complican en la empresa, no solo corres el riesgo de perder un buen trabajador, sino que, también, puedes perder un amigo.
A ver, podría seguir dándote razones de por qué es peligroso tratar a tus empleados como amigos, pero creo que solo con estas ya ha quedado suficientemente claro.
Y sé que es difícil no traspasar esa fina línea, porque como te he dicho, yo he cometido el error varias veces.
Error que me ha costado dinero y lágrimas.
Por eso, no puedo más que insistir en que, aunque estoy seguro de que no ves tu empresa como un bar al que se va a hacer amigos, también sé que el roce hace el cariño.
Y muchas veces, el afán de algunos empleados por caerte mejor, ya sea para ascender más rápido o simplemente para “vivir mejor” en tu empresa, hace que se acerquen de manera que te confundas y creas que tienes un aliado, cuando lo único que buscan es su propio beneficio.
En definitiva, trata a tus empleados con respeto y con cariño, pero sin perder de vista lo que realmente son: un activo muy valioso que debes cuidar y motivar para que tu empresa avance.
¡Disfruta del día!
Rafael Valero
PD – Reléelo