Entender la lógica que siguen las personas para gastar su dinero hará que tus ventas sean más altas.
Verás.
Tengo un amigo que cada 2 o 3 meses dedica un buen rato a mirar las empresas energéticas a ver cuál es la más barata para ahorrarse unos pocos euros cada mes.
Sin embargo, cada año se pega unas vacaciones que alucinas. De esas en las que no se miran precios.
Buenos hoteles.
Buenos restaurantes.
Buenos caprichos.
¿Será por lo que se ahorra en la luz?
No creo.
En la misma línea, están esas personas que siempre llevan bolsas en el maletero para ahorrarse los pocos céntimos que cuestan en el supermercado, pero que después compran chucherías en las gasolineras, con lo caras que son ahí.
A priori podríamos pensar que actúan así por tacañería, pero no, no es eso, en realidad es lo que se llama ahorro selectivo.
O lo que es lo mismo, cómo perciben el dinero que van a pagar ante cada compra: gasto o inversión.
Y las empresas que son capaces de entender esto son las que venden hasta cansar independientemente de lo alto que sea el precio que cobren.
Mira.
El precio de las cosas es algo fijo, pero la percepción de su valor es muy relativa.
Si algo tiene un precio alto, pero aporta poco, decimos que es caro.
Si algo tiene un precio bajo, pero aporta mucho, decimos que es un chollo.
Y de lo que se trata es de que lo que se venda se acerque más a la segunda opción que a la primera.
O sea, que no debes ser caro porque sí, o porque pienses que eso te hará parecer mejor que la competencia, sino que has de lograr que se perciba que lo que se va a pagar es barato en comparación con lo que se va a recibir a cambio.
O dicho de otra forma, que tienes que aportar cuanto más valor mejor.
Y si lo consigues, podrás atrapar a los clientes en la red del ahorro selectivo.
Disfruta del día!
Rafael Valero
PD – Mañana más.