Cuando un compañero de trabajo, un cliente, un proveedor, un amigo, o cualquier otra persona te pide una colaboración, ya sea por cuestiones de trabajo o personales, tú puedes actuar de 2 formas distintas:
O bien puedes consultar tu agenda antes de anotar el compromiso.
O bien puedes decirle algo del estilo…”sí, no te preocupes”.
Con la primera opción, tu interlocutor va a pensar que te comprometes y se irá confiado.
Con la segunda, sin embargo, se marchará con la sensación de que te vas a olvidar, aunque tengas una memoria prodigiosa.
¿O tú no te quedas más tranquilo si la otra parte hace una demostración clara de que se compromete con lo que le pides?
Claro que sí.
Mira, yo sé que muchas veces, especialmente si lo que te piden no es “muy importante” para ti, comprobar la agenda para saber si podrás comprometerte o no, da pereza.
Pero si hay algo que agradecemos las personas, es que las otras partes sean fiables.
Es decir, que si te comprometes a entregar el informe el miércoles, lo entregues el miércoles.
Si quedaste en llegar a las 10h, que llegues a esa hora.
O si dijiste que llamarías por teléfono, que lo hagas.
Y da igual que sea por un tema laboral, o por una cuestión social.
Además, si lo piensas, en realidad te cuesta menos trabajo, y te exige menos imaginación evaluar antes de decir que sí, a si puedes aceptarlo o no, que
estar buscando excusas continuamente para explicar por qué no hiciste lo prometido.
Así que, a partir de ahora, aunque lo que te pidan sea una tontería, comprueba tu agenda antes de confirmar el compromiso.
Porque la otra parte se irá tranquilo sabiendo que harás todo lo posible por cumplir.
Tú te quedarás tranquilo porque no te vas a olvidar.
Y ahorrarás muchísimo tiempo y desazón por no tener que inventarte excusas por haber quedado mal.
Que la productividad te acompañe!
Rafael Valero
PD – La agenda es tu principal herramienta de trabajo, así que úsala.