Cuando me convertí en empresario me enfrenté a muchos desafíos.
Muchos.
Desafíos que seguro que tú también habrás experimentado, o lo vas a hacer.
Pero había uno que no paraba de presentarse y que me llevaba a preguntarme constantemente “¿Por qué nadie me escucha?”.
La verdad es que era desconcertante ver cómo la productividad y la rentabilidad de mi negocio eran bajísimas por culpa de que mis empleados ignoraban descaradamente lo que les pedía.
Parecía que sí me hacían caso, pero sólo era un espejismo.
Al principio pensé que el problema era mi edad, porque por aquel entonces tenía poco más de 20 años.
Pero no era eso.
Lo que pasaba es que no confiaban en mí.
Era un problema de falta de confianza.
Mis empleados no se sentían seguros con mi capacidad de liderazgo, y si soy completamente honesto, ni yo mismo lo estaba.
Me preocupaba demasiado por agradar y “caer simpático” y no prestaba atención a liderar en base a unos valores firmes.
Pero el tiempo, y el montón de golpes que me he pegado emprendiendo, se han encargado de hacerme comprender que sin generar confianza es muy difícil llevar adelante ninguna empresa con éxito.
Por eso, si quieres ser tomado en serio por tus empleados, tus proveedores y tus clientes, es fundamental que generes confianza y que te muestres seguro con lo que sea que plantees, aunque te equivoques.
Porque aunque es verdad que cultivar la confianza no es fácil y lleva tiempo, y que también es cierto que por mucho que te esfuerces se puede romper con mucha facilidad, mientras no consigas que tus equipos, y cualquiera que esté alrededor de tu negocio crean en ti, no vas a lograr que tu empresa sea realmente productiva y tenga éxito.
Disfruta del día!
Rafael Valero
PD – Arriba