¿Tienes hora?
Sí.
¿Me la dirías?
Claro.
Pues ¡dímela!
Son las…
Menuda pérdida de tiempo y frustración, ¿no?
Vale.
Ya sé que estarás pensando que es un poco rebuscado, y que haciendo la pregunta ¿tienes hora?, es como más respetuoso para dar “opciones” a la otra parte.
Pero es que tú no sabes lo que hay en la cabeza de la otra parte.
Y ya sea porque el receptor se toma las cosas de manera literal, o porque es un toca narices que no quiere sobreentender la pregunta, la cuestión es que no te da lo que tú quieres.
La otra parte lo está haciendo bien.
Y aunque a ti no te satisfaga, al fin y al cabo, te está dando lo que le has pedido.
Bien.
Ahora llévate esto a cuando hablas con tus empleados.
¿No te ha pasado nunca que les pides algo y el resultado que obtienes no es exactamente el que tú buscabas?
Seguro que sí.
¿Y no será que estás dándoles indicaciones poco claras, por mucho que en tu cabeza estén 100% nítidas?
También seguro que sí.
Pues ala, la próxima vez que te enfurruñes porque un empleado no haya hecho exactamente lo que tú querías, en vez de dar por sentado que no es tan «listo» como tú, pregúntate si es que no se lo has pedido correctamente.
¡Que pases un buen día!
Rafael Valero
PD – Piensa antes de pedir.