De tanto en tanto, me contactan empresarios para que les ayude con su web.
No con el diseño, que yo no soy diseñador.
Si no con su apariencia y mensaje en general.
Pues bien, hace unos días me contactó un empresario del sector servicios que me pedía si podía dedicar 5 minutos para echarle un vistazo a su web y darle mi opinión.
Vale.
Yo encantado.
No faltaría más.
¿Qué suponen 5 minutos de mi tiempo si con ello puedo echar una mano a mejorar los resultados de una empresa?
El problema aquí no es si yo puedo dedicar ese tiempo.
El problema es que es raro el visitante de una página web que dedique tanto tiempo.
Porque, por regla general, se dedican 3 segundos.
Sí, solo 3 segundos.
Y si en esos pocos segundos no hay nada que demuestre al visitante que ahí hay algo para él, se marchará.
Bueno, la cuestión es que visité la web de este empresario.
Y lo que me encontré no me sorprendió.
Era más de lo mismo de lo que me encuentro en prácticamente todos los clientes que me contratan mentorías y consultorías porque no venden lo suficiente.
Es decir, una página web sosa, sin chicha, que transmite cualquier cosa menos confianza y credibilidad.
Y cuyo contenido es un caos sin coherencia ni claridad.
En este caso, y a excepción de que en el logotipo que aparecía ya indicaba a qué se dedicaban, todo lo que aparecía en esa página de inicio era una amalgama de recursos y artículos relacionados con la actividad, pero poco más.
La página sí era bonita, pero todo estaba bastante confuso.
A ver, es verdad que yo soy bastante tiquismiquis y criticón con estas cosas.
Pero es que el desenfoque era casi surrealista, y no respondía ni a las preguntas fundamentales que cualquier visitante podría tener.
Y si hay algo que necesita una web, eso es la claridad del mensaje.
Algo que demuestre sin dudas al posible cliente ideal que visita la página, si puede cubrir sus necesidades más apremiantes.
Es decir, que debe proporcionar respuestas nítidas a:
- ¿Qué problema resuelves?
- ¿Para qué tipo de cliente trabajas?
- ¿Qué te hace diferente?
- ¿Qué acción deseas que los visitantes realicen a continuación?
- ¿Cómo recogerás sus datos si aún no están listos para tomar acción inmediata, pero están interesados en obtener más información sobre tus servicios?
Recuerda que seguramente estás compitiendo en un mercado saturado, y si en 3 segundos tu cliente no encuentra nada que le llame la atención, se irá para seguir buscando quien solucione sus problemas.
Porque solo nos paramos cuando lo que vemos conecta con nuestras necesidades más profundas.
Y no es cuestión de llenar la página con listas interminables de servicios.
Porque aunque así pienses que le estás diciendo a qué te dedicas, te aseguro que no.
La gente quiere cosas claras.
Claras y fáciles.
Quiere soluciones a problemas específicos, no una ristra de opciones.
Y sé que no es fácil ser concreto, especialmente si no tienes bien definida la base estratégica de tu empresa.
Pero ese es el modo.
Así que te recomiendo que revises tu página web y analices si el mensaje inicial que transmite llega claramente a la mente de tu cliente objetivo.
Porque ese mensaje es la parte más importante de tu estrategia y no puedes subestimarlo.
Y recuerda que es más importante que transmita valor, que el que sea muy bonita, con colores e imágenes bien elegidas.
Porque los clientes están hartos de ver cosas bellas que no les dicen nada.
¡Disfruta del día!
Rafael Valero
PD – Si llegas a la conclusión de que podría mejorarse y quieres que te eche una mano, es aquí.