Si hay algo de lo que verdaderamente estamos rodeados los empresarios, eso es de listos.
Listillos más bien, que se pasan la vida regalando consejos a troche y moche.
Empezando por nuestros propios empleados, amigos, y familiares.
Y acabando por los expertos y supuestos expertos que nos encontramos en internet.
Todo el mundo parece saber mucho de lo nuestro.
Del propio negocio.
De productos o servicios.
De ventas.
De finanzas.
De cómo se deben hacer las cosas.
De…
El problema es que algunos son tan vehementes en sus consejos, que uno no sabe diferenciar si son buenos o no tienen ni idea.
Especialmente cuando nosotros mismos no estamos muy seguros de si sabemos más o menos que el que nos suelta el consejo.
Y yo no quiero pensar que lo hagan de mala fe, todo lo contrario.
Pero igual que tú deberías analizar con detenimiento cualquier recomendación que te hagan antes de seguirla.
Especialmente si quien te la da no es experto en la materia.
Los que los dan deberían pensar antes de darlos.
Porque es muy fácil soltar parrafadas por la boca cuando no es su bolsillo el que puede padecer las consecuencias.
Verás, a mí me han dado muchos consejos.
Muchos.
Pero hay 3 que no se me olvidan.
Y los 3 curiosamente, relacionados con el marketing.
Uno de ellos fue: “No te preocupes porque tu servicio es muy bueno y se va a vender solo”.
Y menos mal que no le hice caso, pues casi me cuesta la empresa.
Porque si yendo a vender cada día me costó horrores que me firmaran un contrato, imagínate si me hubiera quedado a esperar.
Aunque si te soy sincero, sí que me quedé esperando unos meses.
Otro muy malo que me dieron fue: “Tus competidores grandes son muy lentos moviéndose y ahí es donde tendrás la oportunidad de éxito”.
Mira, yo no tengo muy claro lo que entienden algunos por “moverse lentos”.
Pero lo que sí está claro es que los grandes son grandes por algo.
Y llega un momento en que no necesitan moverse rápido para crecer.
Les basta con el dineral que tienen para gastarlo en marketing y publicidad.
Yo, desde luego, no conseguí alcanzar al que seguía.
Y el tercer mal consejo que recuerdo muy bien, fue: “Los correos electrónicos ya no los lee nadie y no te va a funcionar la estrategia”.
Este, además, me lo han dado varias personas diferentes.
Pero el email no solo sigue siendo la herramienta más utilizada por todo el mundo, sino que, además, crece día a día.
Y que tú estés leyendo esto ahora es la prueba de que se equivocaban.
En fin.
Ahora te pregunto: ¿Cuál es el peor consejo que te han dado, o que has escuchado?
Si respondes a este email quizá podamos hacer una segunda parte.
¡Disfruta del día!
Rafael Valero
PD – También me han dado consejos muy buenos