Seguramente habrás oído hablar mucho sobre los embudos de venta que se utilizan en el mundo del marketing digital.
Y probablemente habrás pensado que como tú tienes un negocio físico o tradicional, eso no es para ti.
Pero te equivocas.
Porque aunque lo hayan hecho “famoso” los que venden a nivel online, no son exclusivos de ellos.
Así que, si te interesa mejorar tus ventas, sigue leyendo, porque te cuento cómo puedes aprovecharlos para tu negocio físico.
Pero antes, voy a contarte qué es exactamente un embudo de ventas, por si aún no lo tienes claro del todo.
Verás, un embudo de ventas no es más que un proceso consciente, que sirve para guiar a los clientes desde el primer contacto que tienen con tu negocio, y hasta que acaban comprando, o incluso más allá.
Imagínatelo como un embudo real: amplio en la parte superior, donde atraes a tus posibles clientes, y estrecho en la parte inferior, donde los conviertes en clientes leales.

Y así es como lo puedes implementar.
Atracción
El primer trabajo consiste en atraer personas o empresas y conseguir que entren en tu negocio, y para ello, lo habitual es utilizar la publicidad, ya sea con anuncios en prensa, en radio o en web.
Pero también son importantes el propio escaparate y los letreros.
El fin en esta etapa del embudo es que entren, porque si no entran difícilmente podrás venderles.
Quien dice entrar, dice que te llamen por teléfono. Aquí la cuestión es que entren en contacto con tu personal.
Interacción
Esta segunda etapa es quizá la más importante en el caso de un negocio físico, porque para que te compren no basta con que tengas un bonito escaparate que los haga entrar.
Así que, cuando un cliente decida pisar tu establecimiento, haz que sea memorable y dales una cálida bienvenida, mantén las instalaciones limpias y ordenadas, que tu personal vista adecuadamente y sea agradable y profesional, que haya información clara sobre los productos, los precios, etc.
Y cómo no, alguna que otra oferta que llame la atención.
El fin es conseguir que compren.
En este punto es donde también puedes mezclar la actividad física normal de tu negocio, con alguna estrategia digital.
Por ejemplo, si lo que vendes no son productos de venta por impulso y requieren de reflexión por parte del cliente, que de alguna manera consigas obtener su correo electrónico o su teléfono para contactarles más adelante y “ayudarles con la decisión”.
O, también, para mantener la comunicación constante informándoles sobre novedades, eventos, o cualquier cosa que pueda interesarles.
Venta
Si todo lo anterior lo has hecho bien, los clientes acabarán comprando.
Pero esto no se acaba aquí, porque la idea es que repitan la compra en tu establecimiento.
Fidelización
A partir de aquí el trabajo ya consiste en hacer que quieran volver.
Utiliza programas de fidelización para entender a tus clientes, y ofrece experiencias personalizadas, desde recomendaciones adaptadas hasta sorpresas basadas en sus preferencias.
La idea es crear una especie de vínculo emocional que vaya más allá de la transacción para que no te olviden y siempre te tengan presente cuando precisen el tipo de producto o servicio que vendes.
Y ya está.
Vale.
Seguramente pensarás que esto ya lo estás haciendo y que no te cuento nada nuevo, a excepción de ponerle un nombre a lo que haces.
Pero lo importante aquí es algo que te he mencionado antes: Consciente.
Es decir, estoy seguro de que tú ya haces publicidad y tienes promociones para atraer a la gente, mantienes tus instalaciones correctamente, y todo esto.
Pero seguramente lo haces de manera automática, porque es como se maneja una tienda.
Sin embargo, el quid está en hacerlo de manera consciente para que al visualizar cada una de las etapas puedas implementar las distintas acciones con rotundidad, y puedas también hacer pruebas y valorar los resultados.
En fin, pruébalo y después ya decides si sigues actuando como hasta ahora, o si prefieres ver el paso a paso de cada etapa.
¡Disfruta del día!
Rafael Valero
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