La mayoría de los empresarios, cuando se dan cuenta de lo complicado que es hacer que su empresa funcione bien se ofuscan.
Porque sobre el papel, o en la imaginación, todo parece muy bonito y fácil, pero cuando te plantas en la realidad del día a día descubres que no todo era tan guay.
No es fácil conseguir clientes.
No es fácil que el negocio sea rentable.
No es fácil tener tiempo para ti.
No es fácil…(pon aquí lo que quieras)
Pero se puede conseguir.
De hecho, es mucho más fácil de lo que te piensas.
Basta con saber unas cuantas cosas que ni siquiera son complicadas de ejecutar.
Yo lo he logrado varias veces.
Y si yo lo he logrado puede conseguirlo cualquiera.
Ahora bien, el quid no es conseguirlo. Lo verdaderamente complicado es mantenerlo.
Mira.
Si alguna vez has hecho dieta estoy seguro de que habrás conseguido bajar el peso que querías, o acercarte mucho.
Habrás dejado de comer porquerías.
Habrás hecho deporte.
Habrás…(pon aquí lo que quieras)
Pero lo has conseguido.
Sin embargo, al cabo de un tiempo, la gran mayoría vuelve a recuperar lo perdido, y en muchos casos, incluso más.
Y esto es porque para perder peso todos -más o menos- sabemos lo que hay que hacer.
Internet está lleno de ideas y consejos.
Pero cuando lo consigues, como te crees el rey del mambo, pues te relajas porque piensas que ya está todo hecho.
Sin embargo ahí es donde empieza el trabajo de verdad.
Y con tu empresa pasa exactamente igual.
Tú puedes conseguir todos los clientes que quieras, pero después has de saber mantenerlos para que no se vayan.
Tú puedes conseguir ganar dinero, pero después has de saber gestionarlo para que cada vez haya más.
Tú puedes conseguir tiempo libre para ti, pero después has de saber controlarlo todo para que no se desmonte el tinglado.
Tú puedes…(pon aquí lo que quieras)
Al final es una cuestión de mentalidad y de saber cambiar de objetivo en el momento adecuado.
Primero pon todo el esfuerzo en conseguirlo.
Después céntrate en mantenerlo.
Y por último mejóralo.
Disfruta del día!
Rafael Valero
PD – Mañana más.