Hay una realidad que es indiscutible, y es que la gente que tiene éxito y vive feliz tiene buenos hábitos que les ayudan.
En cambio, la gente que fracasa y no es tan feliz, se basa más en hábitos que les perjudican y les frenan.
Y es que, me atrevo a decir que al menos en el 95% de tu tiempo, desde que te levantas y hasta que te vas a dormir, son los hábitos los que controlan y dictan las cosas que haces y dices.
Porque son los hábitos los que determinan todo lo que haces.
La buena noticia es que los hábitos se aprenden.
Aunque también es verdad que los buenos suelen requerir de tiempo y trabajo duro.
Pero merece la pena, porque una vez desarrollados, los hábitos adquieren una especie de impulso propio que controlan tu conducta y tus respuestas ante los distintos acontecimientos de tu mundo.
Y una vez formados permanecen y sólo se pueden reemplazar por otro.
Ahora bien, que ese reemplazo sea a uno mejor, o a uno no tan bueno, depende de ti.
Es posible que te haga falta mucha disciplina para desarrollar hábitos, porque cuesta, pero una vez que los tienes es fácil vivir con ellos y te permiten realizar más cosas con menos esfuerzo.
Así que tu trabajo consiste en formar los buenos hábitos que necesitas para mejorar tu productividad y tus resultados, y después dejar que sean ellos los que te guíen.
Y al mismo tiempo, debes trabajar con empeño para eliminar los malos hábitos y liberarte de sus negativas consecuencias.
En próximos emails te iré hablando más sobre este tema, porque es fascinante y no te imaginas cuánto te puede ayudar en el desarrollo de la vida que quieres.
Aunque si quieres adelantarte y no perder tiempo, te recomiendo el libro “Hábitos atómicos” de James Clear, porque de todos los que he leído es el que más sencillo y claro me ha parecido.
Que la productividad te acompañe!
Rafael Valero
PD – Ten en cuenta que primero nosotros formamos nuestros hábitos y después ellos nos forman a nosotros, y aunque es algo que cuesta, merece la pena.
PD2 – Goethe escribió…»Todo es difícil antes de ser fácil»