¿Tienes la cabeza ya en modo Navidad?
Espero que sí, porque ya la tenemos encima.
Y según dicen, esta viene especialmente optimista.
Aunque no sé de dónde se sacan esas previsiones, si cuando ves las noticias todo son malas noticias.
En fin, la cosa es que, ya venga cañera, o sea más bien cutre, tú tienes cosas que hacer.
Y no me refiero a promociones y esas cosas.
Si no a todo lo demás que hará que los que te rodean piensen que eres un empresario “atento”.
Porque, si te soy sincero, yo era bastante desastroso con estas cosas.
Y no porque sea un Grinch, sino porque estaba tan metido en mis tareas, que se me olvidaba.
Y para cuando quería hacer algo, ya solía ser tarde.
Así que, como no quiero que a ti también te pase, y piensen que eres un rancio, te voy a dejar unas cuantas ideas de cosas que deberías plantearte desde ya, porque los días pasan que vuelan, y la mayoría requieren de preparación.
La imagen navideña
Dentro de lo que es adaptar la imagen de la empresa tienes 2 trabajos.
Por un lado, adornar las instalaciones, que a no ser que seas un tiquismiquis, te bastará con asignarle la tarea a algún empleado con gusto y ganas de hacer estas cosas.
Es importante lo de las ganas, si no quieres que el árbol esté torcido o que los espumillones estén desperdigados en lugar de “colocados”.
Y, por otro lado, está lo que ha de adaptar la imagen corporativa de la empresa a las fechas, a base de cambiar las cabeceras y los banners de la web, las redes sociales, etc.
Que aquí ya sí requiere de una planificación más detallista y bien diseñada si no quieres parecer cutre.
Las felicitaciones
Supongo que querrás felicitar las fiestas, ¿no?
Pues si no quieres que te pase lo que me pasó a mí más de una vez, haz una lista de a todos los que has de felicitar: clientes, proveedores, empleados y cualquier otra persona o institución con la que interactúes habitualmente, para que no se te olvide nadie.
Porque te sentirás mal si te llega felicitación de alguien a quien tú no has felicitado.
Aquí tienes que decidir si lo harás personalmente, si enviarás tarjeta navideña física, o si lo harás con el medio más habitual últimamente: el correo electrónico.
Si lo haces personalmente, poco tengo que decirte, aparte de que te agendes cuándo lo vas a hacer.
Si decides tarjeta navideña física, también tengo poco que decirte, más que ir a comprar las tarjetas, escribir algo bonito a mano, y enviarlas para que lleguen justo antes de Navidad.
Y si optas por el correo electrónico, no seas hortera y elijas una imagen de stock como las que usan todos.
Adapta alguna que esté chula a tu imagen corporativa, o haz una foto de equipo.
Aparte de la felicitación principal (la de Navidad), también puedes programar mensajes para el día de Año nuevo y el de Reyes.
Y con esto, igual que con lo otro, sé un poco original.
Los regalos
Aparte de las cestas de Navidad para los currantes, que no sé si tú serás de los que las da, o no, también tienes los detalles.
En concreto, el “detallazo” a los mejores clientes.
Y el “detallito” a los proveedores más importantes.
Aquí puedes gastarte todo el dinero que quieras, pero es importante que determines a quién sí y a quién no vas a hacer regalo.
Y cuidado con no hacer regalo a alguien que tenga contacto directo con quien sí es uno de tus elegidos, porque te puede hacer quedar realmente mal, y después te tienes que estar inventando cosas como que lo habrá perdido el transportista.
A mí me pasó, y da mucha vergüenza.
En fin, espero que todo esto lo tengas ya planificado y en marcha, y si no es así, que te pongas cuanto antes.
Porque si lo haces a «salto de mata», lo más seguro es que te salga una chapuza y, o te gastes más dinero del que deberías, o que quedes mal con gente.
¡Que pases un buen día!
Rafael Valero
PD – O te anticipas, o te pilla el toro.