Hay ocasiones en las que puedes ser menos productivo porque no te organizas o no planificas.
Vale.
Pero también hay ocasiones en las caer en la improductividad es por culpa de la mayoría.
En concreto, por caer en el efecto de la mentalidad de rebaño.
Porque a veces es tan fuerte el deseo de permanecer en el lado de la mayoría, que te hace elegir opciones que en otras circunstancias ni te plantearías.
Mira, te pongo un ejemplo que seguro que has vivido o te suena…
Imagínate que sales un día a comer con un amigo y vais al restaurante al que soléis ir habitualmente.
Cuando llegáis, observáis que han abierto una pizzería al lado y que hay una cola de al menos 15 personas esperando mesa.
Como os llama la atención, decidís acercaros a la cola a preguntar si realmente merece la pena esa espera.
“Eso espero”, os responde uno. “Nunca he comido aquí, pero me han dicho que hacen las mejores pizzas de la ciudad”.
Tu amigo y tú os miráis y le dices: “¿Lo comprobamos?”
Bien, esto es lo que se llama mentalidad de rebaño, que se produce cuando las personas hacen algo básicamente porque otras también lo hacen.
Y a ti te ha pasado, como a todos.
La gente quiere estar en el lado de la mayoría.
Desde elegir dónde comer, pasando por qué marca de teléfono comprar y hasta dónde invertir.
Seguro que conoces a alguien, o incluso tú mismo, que ha comprado criptomonedas sin ni siquiera entender cómo funcionan.
¿Y cómo puede afectar este efecto en tu productividad?
Pues en realidad de muchas formas.
Pero quizá las más habituales sean cuando decides cambiar la aplicación que usas para gestionar tareas por otra que se está haciendo “famosa” en internet.
O cuando te dejas llevar por lo que dice el gurú de turno sobre un nuevo método de organización que a él le va de maravilla.
Mira, yo no digo que no debas probar nuevas aplicaciones o incluso cambiar tu sistema al completo, pero has de ser consciente que cada vez que haces un cambio en este sentido, tu organización se puede tambalear y hacerte perder el control.
Y te lo digo yo que he probado decenas y decenas de aplicaciones y métodos de organización.
Piensa que en lo que tiene que ver con la organización, cada persona es un mundo.
Y lo que a unos les funciona de maravilla, a otros les genera pérdida de tiempo y quebraderos de cabeza.
Si no eres feliz con los métodos que utilizas y quieres mejorarlos, cámbialos.
Pero antes de tirarte a la piscina analiza qué necesidades concretas tienes y cómo sueles trabajar.
Y, por supuesto, no te olvides de planificar en tu agenda varias horas durante varios días para aprender a manejarlo y acostumbrarte.
Disfruta del día!
Rafael Valero
PD – Recuerda que si necesitas ayuda puedes contar conmigo.