Ayer te hablaba de lo importante que puede ser diseñar tu disciplina para mejorar la productividad.
Y al final te hacía referencia a que te fijaras en cómo actuabas con tu teléfono para demostrar que la teoría tenía peso.
Pues bien, no sé si has hecho la prueba con el teléfono.
Pero aun así te voy a contar qué hice yo con el mío, para que si cuando la haces descubres una realidad poco productiva, sepas cómo solucionarlo.
Y sí, ya sé que soy muy pesado con el tema del móvil.
Pero es que, aunque es una de nuestras principales herramientas de trabajo, el cacharrito de marras es capaz de perjudicarnos en la misma medida, o incluso más, que lo que nos ayuda.
En fin, yo te lo cuento, y tú haz lo que quieras.
Vamos a ello.
Para empezar, y basándonos en la teoría de diseño de la disciplina, coloqué las aplicaciones que más me interesaba utilizar, allí donde primero se me iban los ojos.
En mi caso, es a la derecha y hacia abajo, que es donde primero se me van los ojos cuando lo desbloqueo.
Aunque la lógica dice que debería ser al centro y hacia arriba.
No sé, tú ponlas donde te resulte más natural y ya está.
En cuanto a las “trampas de distracción”, o sea, las redes sociales, los juegos, y todo eso, los metí dentro de carpetas para no ver los iconos.
Porque aunque sé que están, al no verlos no me llaman la atención y, por tanto, no tengo la tentación de abrirlas.
Otra opción es cambiarlas a un segundo escritorio del móvil.
Pero es que a mí me fastidia tener que hacer scroll entre pantallas.
Tú mismo.
Y en cuanto a las notificaciones, las desactivé todas de forma predeterminada.
Lo desactivé todo: sonidos, iconos y burbujas de notificación.
Y después reflexioné sobre cuáles de ellas sí era importante volver a activar.
Que en mi caso solo pasaron el corte aquellas que tenían que ver con mi familia y con mis clientes de mentoría.
Aparte de esto, y para esos casos en los que mantenerte alejado del móvil te resulte “duro”, la mayoría de los teléfonos tienen una opción que te permite racionar el tiempo de pantalla que dedicas a las aplicaciones.
Mi talón de Aquiles es -era- Tik Tok, porque me río mucho con las tonterías que me salen, así que le di una asignación diaria de 15 minutos.
Y oye, mano de santo.
En fin, no me hagas caso si no quieres.
Pero yo de ti lo probaría.
¡Disfruta del día!
Rafael Valero
PD – Haz esto con todas has herramientas tecnológicas que utilices (ordenador, tablet…) y verás cómo de repente tienes más tiempo.