Ya te he comentado alguna vez lo que el desorden puede provocar en tu psique.
A nivel general, y como mínimo, reduce tu productividad y te genera estrés e irritabilidad.
Ahora bien, siempre se habla de lo que esto puede afectarte a ti.
Pero poco se dice de cómo puede afectar a tu personal.
Que en este caso, no solo les afecta que tengan sus mesas dominadas por la anarquía, que tengan pilas y pilas de documentos sin clasificar, que haya cajas desperdigadas por todos sitios, o que el escritorio del ordenador sea un caos.
También afecta, y mucho, la propia composición del lugar de trabajo.
Como, por ejemplo, que las mesas no sigan un orden lógico en su colocación, que cada mesa o silla sea diferente, que la fotocopiadora esté en el único rincón con enchufe, o que las librerías brillen por su ausencia.
Y mira, que tú tengas este problema es grave, pero que también lo tenga tu personal es algo que deberías solucionar a marchas forzadas.
O al menos deberías hacerlo, si tu intención es tener un negocio basado en el bienestar de empleados y clientes y que produzca lo más posible.
Porque verás.
A la ya preocupante generación de estrés y ansiedad que les produce, también hace que su productividad sea cada vez más baja, el que:
Se distraen más fácilmente, pues el más mínimo estímulo, como una notificación del móvil, interrumpe su foco mental, y entonces suelen fijar su mirada en cualquier elemento desordenado.
Y eso hace que se desvíe su concentración.
Y a mayor caos, mayor disminución del rendimiento.
Pierden mucho tiempo al tener que dedicarse a buscar de entre tanto desorden -físico o digital-, o tener que sortear la incómoda colocación del mobiliario.
Se desmotivan con mucha facilidad por la incómoda sensación que tienen de que las cosas que deberían estar bajo su dominio están fuera de su control.
Además, inconscientemente saben que generan menos confianza y dan una imagen de ser menos concienzudos y responsables.
Son menos creativos porque su mente está abrumada y eso dificulta el pensamiento innovador.
Les cuesta más establecer prioridades y procrastinan porque el desorden les hace complicado identificar las tareas importantes que deberían priorizar y esa visión de desarmonía les empuja a postergar.
Y además de todo esto, y quizá lo más grave, es que genera problemas entre compañeros y abundan los conflictos y las discusiones debido a, entre otras cosas:
- Que la falta de orden les impide trabajar de manera coordinada
- Que el estrés y el malestar hace que sean más impacientes y pierdan los nervios.
- Que la suciedad que suele ir en conjunto con el desorden ocasiona incomodidad general.
- Que la comunicación es deficiente porque están estresados.
- Que la dificultad para establecer prioridades hace que aparezcan problemas para llegar a acuerdos.
Así que mi consejo es que analices tus instalaciones en global, y también los espacios individuales.
Y tomes medidas para que el orden brille.
Porque de poco te sirve esforzarte tanto por ofrecer los mejores productos y servicios, y atender lo mejor posible a los clientes.
Si después, por culpa de la falta de organización y limpieza, la productividad baja y te hace perder rentabilidad.
¡Disfruta del día!
Rafael Valero
PD – Crea pautas estándar de orden para que los típicos que dicen que en su desorden están organizados no afecten a los compañeros.