A mí no me entusiasma especialmente el fútbol, pero hace unas cuantas temporadas ocurrió algo que llamó mi atención y que me sirve para fundamentar lo que trato de hacerte ver en estos emails.
Te cuento.
En un clásico FCB Barcelona – Real Madrid, el Barça ganó por 3 a 0.
Y hasta aquí poca novedad.
Sin embargo, tras ese partido se hicieron muchas cábalas relacionadas con Messi, que hicieron que le prestase atención.
Lo que pasó es que los «expertos» en fútbol criticaban al chaval porque no había corrido lo que se esperaba de un futbolista de sus características.
Literalmente decían que se había vuelto un vago.
Y en lo que basaban su crítica es que en los 90 minutos que había jugado apenas había recorrido 5 millas, cuando la media está en las 8 millas.
Y que se había pasado caminando el 83% del tiempo, frente al 1% que había estado corriendo.
O sea, que en comparación con todos los otros jugadores de su equipo, él había sido con diferencia el futbolista menos activo.
Lo que a mí más me llamó la atención de ese análisis, es que no se tuvieron en cuenta en ningún momento si aún con esa forma de jugar Messi había ayudado a sus compañeros, o si marcó goles, o si contribuyó positivamente en el resultado.
Lo único que veían es que el chico caminaba en lugar de correr.
Y con esto, lo que estaban dando a entender es que para ser un buen jugador de fútbol tienes que matarte a correr los 90 minutos que dura el juego, o sino es que eres un pasota o te estás haciendo viejo.
Y eso es un error de libro.
No me extraña que después los jóvenes piensen que para conseguir más tengan que trabajar más.
Vamos a ver.
Partamos de la base de que no se pueden confundir churros con merinas, o eficiencia con efectividad.
Porque desde mi punto de vista Messi no parece que sea un pasota, ni tampoco que se esté haciendo viejo (aunque un poco sí, lógicamente).
Lo que le pasa al chaval es que la madurez y la experiencia lo están convirtiendo en un ser cada vez más inteligente y productivo, y habrá llegado a la conclusión de que en vez de estar corriendo como un loco por todo el campo, como hacen la mayoría de los futbolistas, él saca más rendimiento de estar parado en puntos estratégicos a esperar la oportunidad.
O sea, que se enfoca estratégicamente en el trabajo que más le aporta con menos esfuerzo.
Mira.
Tenemos que dejar de pensar que trabajar más horas es sinónimo de obtener más y mejores resultados.
Porque ese es un pensamiento retrógrado que sólo les vale a los que no saben cómo hacer las cosas de manera productiva.
Lo inteligente es trabajar lo justo y obtener los mayores resultados.
Lo que vale es ser productivo incluso cuando no se está haciendo mucho, o incluso cuando no se está haciendo nada.
Y eso se logra teniendo una mentalidad enfocada en la productividad, y aprendiendo las técnicas y estrategias que te ayudan a priorizar y a organizarte.
Porque la mayoría de los mortales no hemos nacido con la capacidad de Messi, ni cobramos lo que cobra él.
Pero desperdiciar horas y energía en maltrabajar, no nos va a ayudar a conseguirlo.
Que la productividad te acompañe!
Rafael Valero
PD – Puede que llegar caminando a un punto al que podrías haber llegado en autobús te ha sentir orgulloso, pero serás un orgulloso con menos tiempo.