Hubo un momento con mi primera empresa, cuando las cosas empezaron a torcerse mucho, en que mi nivel de frustración estaba por los aires.
Mis empleados no me hacían ningún caso, ni siquiera viendo lo complicado que estaba el tema.
Ellos iban a la suya.
Daba igual que se lo pidiera bien, que lo hiciera gritando, o que fuera un borde sin corazón.
No había forma de que hicieran las cosas como yo se las pedía.
Era tal mi frustración, que incluso despedí a alguno.
Pero aun así, todo seguía siendo un desastre.
Lo único que conseguía era que me mirasen con cara de sorpresa e incomprensión, como si yo estuviera loco.
Y eso me crispaba aún más.
Así estuvieron las cosas durante unos meses, hasta que un día tomando un café con un amigo escuché un chiste que contaba uno que estaba en la barra del bar.
Este es el chiste:
Un hombre va al médico y le dice preocupado: «Doctor, creo que mi esposa se está quedando sorda, no escucha casi nada.»
El médico le responde: «Bueno, haz la siguiente prueba para hacernos una idea de la gravedad del problema. Cuando llegues a casa, habla a una distancia considerable de tu esposa y pregúntale algo. Si no responde, acércate un poco más y vuelve a preguntar. Repite el proceso hasta que ella te responda. Así podremos determinar cómo de grave es su pérdida de audición.»
El hombre, agradecido, cuando llega a casa, sigue el consejo y al abrir la puerta de la calle dice desde ahí: “Amparoooooo, ¿qué hay para cenar hoy?»
Pero no obtiene respuesta.
Se acerca un poco más y repite la pregunta: «Amparoooo, ¿qué hay para cenar hoy?»
Nuevamente, no hay respuesta.
Finalmente, se coloca justo detrás de ella y le pregunta por tercera vez: «Amparooo, ¿qué hay para cenar hoy?»
Ella se gira y le responde molesta: «¡Por tercera vez, pollo asado!»
¿Has aprendido la lección?
Yo sí la aprendí y no se me ha olvidado nunca.
La lástima es que para cuando quise poner solución ya era tarde y acabé cerrando la empresa.
Si sientes que en tu empresa también te ignoran tus empleados, lo que necesitas leer es esto.
¡Que pases un buen día!
Rafael Valero
PD – Arriba tienes la solución a muchos de tus problemas