Supongo que más de una vez habrás tenido que dar una mala noticia a tu personal, ¿no?
Puede que haya sido para despedir, para cambiar condiciones, por reestructuración, o por cualquier otro motivo que les impacte significativamente.
Y es duro, ¿verdad?
Yo he tenido que hacerlo unas cuantas veces -muchas- en los más de 30 años que llevo como empresario.
Y lo he hecho en casos individuales, y también al global de la plantilla.
Y confirmo que es un momento complicado.
Tomar la decisión ya te revuelve el estómago.
Pero el momento justo antes de darle la noticia te gustaría que te tragara la tierra.
Porque aunque el empleado se lo merezca, no quita que de alguna manera vas a fastidiarlo.
Sin embargo, por mucho que nos duela hacerlo, a veces no hay más narices.
Y al fin y al cabo, nuestra responsabilidad como gerentes también incluye este tipo de trabajo.
Ahora bien, tú puedes hacerlo a las bravas, sin pensar.
O puedes hacerlo con profesionalidad.
Yo lo he hecho de ambas formas.
En mis principios, que me creía por encima de todo, cometí el error de hacerlo a lo bruto.
Pero a medida que avanzaba se me demostró que es mucho mejor hacerlo con elegancia.
Y aprendí que siguiendo estas pautas que te dejo a continuación, aunque no lo hace más fácil, si lo convierte en más llevadero.
La primera, y quizá la más importante, es que debes ser transparente.
Sé claro y explica claramente la situación y las razones detrás de la decisión.
Porque los empleados aprecian la honestidad y la claridad.
Y cuanta más información proporciones de manera transparente, mejor comprenderán el contexto y la necesidad de la decisión.
Comunícalo de manera clara y consistente y sé coherente en todas las etapas del proceso, evitando la ambigüedad y la confusión.
Y asegúrate de que todos los involucrados estén al tanto de los detalles y las fechas clave.
Escucha y empatiza tras la comunicación, dándoles la oportunidad de expresar sus sentimientos y preocupaciones al respecto de la noticia.
Y muestra comprensión.
Porque eso fortalecerá la confianza y el vínculo entre tú y tus trabajadores.
Proporciónales apoyo ofreciéndoles recursos, ya sea a modo de asesoramiento profesional, echándoles una mano en su recolocación, o cualquier otra cosa que esté en tu mano.
Porque haciéndolo estarás demostrando tu compromiso y que te preocupas por su bienestar.
Mantén la privacidad y evita discutir detalles personales o situaciones en público, porque la discreción y el respeto son fundamentales para mantener la dignidad de cada persona.
Y también, mantén la moral y el enfoque, porque a pesar de las dificultades, la empresa debe seguir adelante, y necesitas que los empleados se sientan tranquilos y seguros.
Vale.
Sé que no son las mismas circunstancias despedir a un empleado que deliberadamente va contra ti y contra tu empresa, que comunicar el cierre de la empresa porque has cometido un error.
Pero en cualquier caso, la mayoría de estas pautas esenciales te servirán por igual.
Y si manejas adecuadamente la situación, te será más fácil fortalecer la confianza de los empleados para con tu liderazgo.
En fin, espero que tengas que hacer este tipo de comunicaciones pocas veces.
Pero por si acaso, prepárate.
¡Disfruta del día!
Rafael Valero
PD – Recuerda que, como gerente, estás liderando a un equipo y tu capacidad para comunicar de manera efectiva es esencial para mantener un entorno de trabajo positivo y productivo.