Si tienes la “suerte” de tener despacho propio, basta con cerrar la puerta para que no te molesten.
Y aun así, no siempre lo consigues.
(Aunque esto es cuestión de educar a los que trabajan contigo).
Pero… ¿Qué pasa cuando no tienes despacho, o tienes que trabajar en algún lugar público?
Porque en ese caso tu concentración está jod***, y estás al alcance de que cualquiera con un tema trivial pueda acercarse e interrumpirte.
Ya sabes…
Empleados que hablan más fuerte de lo habitual, que sueltan risotadas, o que te vienen a preguntar cualquier cosa que ya deberían saber.
Compañeros que pasan por tu lado y te sueltan alguna tontería.
Tu pareja que te pregunta si has puesto la lavadora.
Etc.
Pues bien, una manera ideal de “cerrar la puerta” cuando no tienes puertas que cerrar, es usar auriculares.
Y si estos tienen cancelación de ruido, mejor que mejor.
¿Y por qué son una gran opción?
Pues mira, la lógica es porque no les oyes.
Y a no ser que lo que deban decirte sea “importante” -al menos para ellos- ni se molestan en hablarte porque creen que no les escucharás.
Pero la realidad es que usados en un entorno laboral, crean una especie de barrera invisible que da a entender a los demás que estás concentrado.
Y por entorno laboral no hay por qué pensar que estás en una oficina.
Porque basta con que tengas abierto tu ordenador portátil o una libreta, para dar a entender que estás trabajando.
Y tú dirás… ya Rafa, pero es que a mí no me gusta escuchar música mientras trabajo.
Pero ahí está la gracia.
Porque no es necesario que te pongas música, o lo que sea, para que esto funcione.
Simplemente, te los pones en las orejas y ya está.
A partir de ese momento tendrás unos tapones para los oídos, y una puerta ficticia para que los demás se lo piensen antes de dirigirse a ti.
Venga, pruébalo y ya me contarás.
¡Disfruta del día!
Rafael Valero
PD – ¿Has planificado ya los objetivos para este último trimestre?