Todos los empresarios tenemos un objetivo “oculto”, que es ganarnos el aprecio de nuestro personal.
Es decir, conseguir que nos quieran.
Sin embargo, estoy seguro de que ya has descubierto que es todo un desafío.
Pero tengo una buena noticia para ti.
Y es que hay una estrategia muy efectiva para lograrlo, más allá de las cualidades personales que puedas tener.
Se trata de implantar un sistema de reconocimiento y recompensa.
Algo con lo que no solo conseguirás ser visto como un mejor líder, sino que, además, te ayudará a impulsar el rendimiento general de la empresa.
Ahora bien, es posible que si ya lo haces, o lo has hecho, te hayas dado cuenta de que aunque quizá si te tienen en mejor consideración, en realidad no lo hacen todos.
Solo algunos.
Los premiados.
Y por regla general, los premiados suelen ser una minoría, que para colmo siempre son los mismos.
¿Y por qué puede que te suceda esto?
Pues seguramente porque te estés enfocando en premiar a los mejores en términos de resultados generales.
O sea, el típico: “el mejor vendedor”, “el que más paquetes reparta”, “el que menos quejas reciba”, y cosas por el estilo.
Y eso puede provocar que los que no se ven así mismos como los “mejores”, ni siquiera intenten conseguirlo.
Y se limiten a cumplir con lo mínimo para que no los despidas.
¿Y qué te propongo?
Pues que crees sistemas de premios individuales.
Es decir, que en lugar de basarte únicamente en los resultados finales, recompenses también a aquellos que hayan crecido en comparación con su propio rendimiento anterior.
Por ejemplo, si un empleado que suele tardar 1h de media en realizar una tarea, reduce esa media, que sea merecedor de reconocimiento.
Con este enfoque, lo que consigues es que los empleados se motiven más al competir solo contra sí mismos, en lugar de estar comparándose constantemente con los mejores.
Y aunque es posible que no alcancen las cifras de los mejores, sí que es probable que veas mejoras significativas en su desempeño personal.
Y si a esto le añades el reconocimiento público, y muestras los resultados de todos, desde los que se destacan hasta los que están en proceso de mejora, conseguirás crear un ambiente de competencia saludable.
Lo cual no solo impulsará los resultados de la empresa, sino que también mejorará la consideración que tengan de ti como líder.
Y poco más.
Al final, una de las claves para que tu gente te quiera, es que les des lo que quieren.
Y a todo el mundo le gustan las recompensas.
En fin, pruébalo y ya me contarás.
¡Disfruta del día!
Rafael Valero
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