Las personas no somos vagas por naturaleza, pero si nos hacen creer que las cosas son fáciles nuestra mente no lo duda.
Y no es cuestión de pereza o dejadez.
Es simple pragmatismo.
Verás.
Yo mentorizaba a un empresario que tenía una droguería.
Y el cliente al que se dirigía era a esas personas que prefieren pintarse ellos mismos sus casas, aunque eso suponga mancharse de pintura.
Pues bien, uno de los problemas que tenía es que no vendía todo lo que quería.
Se pasaba la vida haciendo ofertas y promociones, pero no le funcionaban.
Cuando reviso cómo lo hacía, lo que me encuentro son cosas como esta:
“Pinta tu casa y déjala como la dejaría el mejor experto”
Así, de primeras podríamos pensar que la propuesta está bien, porque hace entender al cliente que va a ser capaz de dejar la casa como los chorros del oro -que es como la dejan los pintores profesionales-.
¿Pero es eso de verdad lo que buscan los que quieren pintarse la casa ellos mismos?
Pues algunos seguro que sí.
Pero la mayoría saben que no son profesionales y que hacerlo como tal no es tan fácil.
Lo que realmente quiere la mayoría es ahorrarse un dinero.
Pero, sobre todo, quieren que les resulte fácil.
No quieren líos con los tipos de pintura, las brochas, los rodillos, y todo eso.
Lo que quieren es meter la brocha, dar cuatro brochazos arriba y abajo y que quede medianamente bien sin tener que estar una semana trabajando.
Bien, en este caso lo que hicimos básicamente fue cambiar el mensaje de las promociones por uno más dirigido a lo que de verdad busca este tipo de cliente.
“Pintar tu casa nunca ha sido tan fácil y con menos pasadas”.
Este simple cambio bastó para que a mi cliente le saliera más que rentable contratarme.
Verás.
Hay una verdad muy verdadera, y es que ante la posibilidad de lograr algo de forma fácil o de forma difícil, el 90% de las personas con un cerebro mínimamente funcional eligen lo primero.
Y no hay más.
Porque a nadie le gusta esforzarse más de lo necesario.
Y si puedes conseguir lo mismo, pero sufriendo menos, lo harás.
¿Para qué complicarte?
Y si lo piensas, aunque casi nadie admite creer en pócimas mágicas, todos desean ese botón milagroso que haga desaparecer sus problemas con el mínimo esfuerzo.
Unos es porque se ven incapaces de hacerlo con lo complicado, y otros porque piensan que a ellos no les funcionará.
Pero sea por lo que sea, cuando transmites que con lo tuyo todo resultará más fácil que con otras opciones, de repente explota el cambio y se hace más deseable.
Disfruta del día!
Rafael Valero
PD – Pruébalo, que no tienes nada que perder, y ya me contarás qué tal los resultados.