En los negocios las cosas no siempre salen como uno quiere, ¿verdad?
Hay veces en las que te preguntas que quién te mandaría montar una empresa.
Porque es como una montaña rusa llena de giros enrevesados.
Y a más complicada se torna la situación, más bruscos son esos giros.
Sé de lo que hablo.
Un día las cosas van bien y estás contento.
Y de repente, sin darte cuenta, las cosas empiezan a complicarse.
Los clientes dejan de llegar, los ingresos bajan y los gastos empiezan a acumularse.
No sabes qué ha pasado, ni cómo has llegado hasta ahí.
Pero ahí estás, frente a tu asesor, escuchando cómo te dice que estás en quiebra técnica y que seguramente tendrás que cerrar la empresa.
La primera vez que me lo dijeron a mí me llevé un susto tremendo.
Y solo podía pensar que dónde estaba todo el tiempo, el dinero y el esfuerzo que había invertido.
Porque había sido mucho, y según mi asesor, todo había caído en saco roto.
Hoy sé que es una situación que se puede revertir.
Porque la he vivido varias veces.
Y aunque es complicado porque vives en medio de un torbellino en el que todo son reproches y condescendencia, si tomas las decisiones correctas lo puedes superar.
Requiere de mente fría y trabajo.
Mucha mente fría, y mucho trabajo.
Y además es importante mantener la calma y no entrar en pánico.
Pero es un agujero del que se puede salir.
De hecho, yo aprendí que hay dos formas de afrontarlo.
O bien empiezas a caminar hacia atrás para que el golpe sea lo menos fuerte posible.
Y te pones a reducir gastos, a dedicar más horas a hacer cuentas y a vivir y actuar con mentalidad de pobre.
O te pones el sombrero de valiente y tiras para adelante con todas.
O sea, que también dedicas más horas a hacer cuentas, pero además sales a buscar clientes y dedicas tiempo a pensar en promociones, acciones de marketing, y cualquier cosa que te ayude a meter dinero en la caja.
En mi caso, el miedo hizo que la primera vez optara por la primera opción.
Y me costó la empresa.
Pero es que la otra opción me asustaba aún más.
Porque con qué cara iba a ir a captar clientes, si eso significaba darle más trabajo a unos empleados que ya estaban descontentos porque cobraban mal y tarde.
Sin embargo, esa era la solución adecuada, y lo confirmé la segunda y el resto de veces que me ha pasado.
Es verdad que se hace raro trabajar con más ganas cuando la situación que vives es tan difícil, pero si estás ahí es porque te has metido tú.
Y lo mismo que has sabido fallar, tienes que hacer lo que sea por acertar.
En fin, yo espero que no te pase nunca.
Pero si alguna vez te pasara tú haz lo que consideres según lo hondo que sea el agujero.
Si no sabes de números, búscate un buen asesor contable que te ayude, porque aunque no te saldrá barato, seguramente merezca la pena la inversión.
Pues casi siempre hay opciones para renegociar deudas, reestructurar la empresa, o incluso buscar inversores, y esa ayuda te vendrá de maravilla.
Pero recuerda que los asesores solo ven números y por regla general su capacidad comercial está bastante limitada.
Así que no te dejes llevar solo por las cuentas, y analiza, reflexiona y evalúa la situación con claridad, porque solo así podrás tomar decisiones con una buena base.
¡Disfruta del día!
Rafael Valero
PD – Mentoría de negocio