Imagina que estás navegando por las redes sociales, y de repente te aparece el típico que cuenta cómo logró el éxito.
Uno de esos que dice que empezó, no solo sin dinero, sino con deudas.
Y que en apenas 2 o 3 años consiguió vender su empresa por unos cuantos millones.
Menuda frustración, ¿no?
¿Por qué ellos lo consiguen “con tanta facilidad” y tú por mucho que trabajas apenas consigues sobrevivir?
Y entonces piensas… «Si ellos pueden, yo también puedo».
Pero sigues haciendo scroll, y más adelante te encuentras otro dato que también te sorprende.
¿Sabías que 2 de cada 3 empresas fracasan en sus 2 primeros años de vida?
Inicialmente, parece bastante irreal, pero ¿será cierto?
Porque lo que ves en las redes sociales es que todos los emprendedores están prosperando.
Entonces, ¿qué es más inteligente creer?
Pues mira, aunque tu experiencia probablemente te empuje hacia el segundo dato, lo cierto es que tendemos a ser positivos.
Y si a eso le sumamos que nuestras mentes no son muy buenas para categorizar resultados fortuitos como casualidades.
Seguramente te decantes por creer que el éxito ocurre con más frecuencia que pensar que es un caso atípico.
Y aquí es donde entra el sesgo de supervivencia, que tiene que ver con la tendencia de centrarse en los éxitos y las experiencias de quienes han sobrevivido.
Ignorando las lecciones que se pueden aprender de aquellos que no lograron sobrevivir.
Y no es que sea malo que te apoyes en las historias de éxito.
Pero sí que es muy arriesgado dejarte llevar solo por ellas.
En su lugar, es mucho mejor…:
Analizar los fracasos de los demás en lugar de obsesionarte solo con las historias de éxito.
Y descubre por qué no sobrevivieron los que no lo hicieron.
Porque saber qué los llevó a caer te dará una visión más completa para entender los obstáculos que te estás encontrando.
Experimenta y aprende de tus fracasos y no temas cometer errores en tu negocio.
Porque aunque algunos asustan mucho, seguramente aprenderás más de estos que de los éxitos.
Apóyate en expertos en lugar de depender solo de los consejos de los que han tenido éxito.
Especialmente si no han fracasado.
Porque tú necesitas una visión más objetiva que dibuje tanto lo bueno como lo malo.
Evalúa tus estrategias regularmente y no te aferres solo a una que te haya funcionado en el pasado.
O a las que les ha funcionado a otros.
Porque cada empresa es un mundo y las circunstancias cambian constantemente.
Sé optimista, pero implacablemente realista, porque los demás tienen más a ganar compartiendo sus historias de éxito que relatando sus fracasos.
Y tú debes creer que se puede conseguir, pero a la vez debes tener los pies en la tierra y saber que las circunstancias de unos puede que no tengan nada que ver con las tuyas.
Aunque a priori parezca que son idénticas.
El resumen es que evitar el sesgo de supervivencia es esencial para tomar decisiones empresariales más sólidas y mejorar la productividad.
Y aprender tanto de los éxitos como de los fracasos, te permitirá desarrollar una visión más completa de tu negocio y tomar decisiones más informadas que te lleven al éxito a largo plazo.
¡Disfruta del día!
Rafael Valero
PD – No te bases solo en las historias de éxito