«No hay nada más inútil que hacer eficientemente algo que no se debería hacer en absoluto».
Esta frase, que la dijo un tal Peter Drucker, es tan real como la vida misma.
Y solo con leerla ya deberías llegar a la conclusión de cuál es el problema por el que eres cualquier cosa menos una persona productiva.
Piensa por un momento.
Desde que diriges tu imperio, ¿Cuántas veces te has quejado de que no te da tiempo a hacer todo lo que tienes que hacer?
Que da igual cuántas horas trabajes, que no avanzas ni un centímetro.
Le das vueltas y vueltas a todo lo que haces, pero no encuentras dónde está el problema.
¿No será que te estás dedicando a hacer cosas que no hay que hacer?
Sea como sea, yo te voy a desvelar ahora mismo el mejor truco de productividad que existe, y que si lo sigues al pie de la letra te aseguro que vas a avanzar y vas a tener tanto tiempo libre que no vas a saber qué hacer con él.
Di NO.
Ala, ya lo tienes.
Acabo de desvelarte la solución a todos tus problemas de productividad.
A partir de ahora simplemente tienes que decir no a cualquier cosa que te propongan y que no te lleve directamente hasta donde quieres ir.
Si no tienes claro cuál es tu destino, no pierdas más el tiempo leyendo este email y guárdatelo para más adelante.
Pero si sí que lo tienes nítido en tu mente, deja de aceptar peticiones que no vayan en la dirección que debes ir.
Ni de clientes.
Ni de empleados.
Ni de proveedores.
De nadie.
Pero no solo has de decir que no a quienes te pidan cosas.
También has de decir que no a todas esas tareas que puede que estés haciendo, pero que no corresponden con lo que de verdad es tu trabajo de gestionar tu empresa.
Como, por ejemplo, hacer una factura.
Que sí, que sí, que es posible que en tu caso me digas que tienes que hacerla tú porque no tienes administrativos que la hagan.
Pero eso no es excusa, porque existen cientos de alternativas por ahí, como por ejemplo, asistentes virtuales, que por unos pocos euros te la podrían hacer.
Y si me dices que no lo puedes pagar, entonces es que no has hecho los cálculos de lo que cuesta tu tiempo.
Porque si, por ejemplo, y haciendo cálculos fáciles, el coste de tu hora fuera de 20€, y hacer una factura te llevara 1 hora, el coste de hacer la factura sería de 20€.
Y si un administrativo, o un asistente virtual, te cobrara 10€ la hora, pues estarías perdiendo literalmente 10€ cada vez que hicieras una factura.
Y eso sin contar el coste de la oportunidad, que es eso que no puedes hacer mientras estás haciendo una factura.
Es decir, el trabajo de director de orquesta que no ejecutas mientras tocas el violín.
A ver, sé que esto de decir que no es muy fácil decirlo, pero no tanto cumplirlo.
Y además, seguro que piensas que tus circunstancias no se adaptan a lo «normal».
Pero es que es el único modo de que tú aumentes la productividad y todo avance más rápido sin que te tengas que dejar la piel cada día.
Además, en cualquier caso, tampoco significa que nunca puedas hacer nada, ni aceptar peticiones de nadie que no te lleven a tu destino.
Pero no es lo mismo que lo hagas sabiendo que no deberías hacerlo, que si lo haces creyendo que es lo que tienes que hacer.
Y sé, porque también vivo en el mismo mundo que tú, que hay veces que no se puede decir que no, aunque sepas que hacerlo no te va a ayudar en nada.
Como, por ejemplo, cuando un cliente te pide un «favor».
¿Pero de verdad lo crees, o es solo la excusa que te pones?
Porque quizá lo que tu cliente necesita para respetarte, es que demuestres lo consciente que eres sobre lo que más le interesa a tu empresa.
Y a lo mejor, solo a lo mejor, es más inteligente decirle que no, aunque te aterre que te deje.
Probablemente, pienses también, que decir que no es un lujo que solo se pueden permitir aquellos que ya están en cierto nivel.
Pero es que los que ya están en cierto nivel seguramente han llegado ahí por haberse permitido el lujo de decir que no.
Así que, lo que yo te aconsejo es que vayas entrenando la habilidad de decir que no.
Porque es una habilidad que hay que desarrollar.
Y verás cómo a medida que vayas avanzando y acercándote a tu destino, te es más fácil seguir diciéndolo.
Porque decir no, no es negarte a hacer algo, es decir sí a lo que de verdad tienes que hacer.
Disfruta del día!
Rafa Valero
P.D. – Cuida tu tiempo, porque si no lo haces, ten por seguro que te lo van a robar.
Si aun así piensas que tu productividad es demasiado baja, contrata una consultoría conmigo y te ayudo a mejorar tu organización y la gestión de tu tiempo.