Hoy te voy a mostrar un enfoque distinto relacionado con la disciplina, que tiene mucha lógica, y que probablemente te ayude a ser más efectivo en tu día a día.
Verás.
Por regla general asociamos la motivación con el impulso para hacer cosas.
Sin embargo, un estudio muestra que para ser productivo quizá sea más inteligente que la motivación sea el resultado de nuestras acciones, en lugar de la causa.
O sea, que en lugar de buscar la motivación para hacer las cosas, hagamos las cosas para obtener esa motivación.
Y a esto lo llaman “disciplina por diseño”.
Y se sujeta bajo la lógica de que la propia satisfacción por ver los resultados de nuestro trabajo ya nos hace experimentar la motivación que necesitamos para continuar haciendo.
¿Y de dónde sale esto?
Pues como te he dicho, de un estudio.
En concreto, de uno que analizó cómo el orden en que se presentaba la comida en un buffet afectaba las elecciones de los comensales.
Lo que hicieron fue lo siguiente:
En una conferencia sobre salud, dividieron a los asistentes en 2 grupos para desayunar, y aunque a ambos se les ofrecía la misma comida, se hacía en orden inverso.
A unos les ofrecían: huevos, bacon, pan, yogur y fruta.
Y a los otros lo mismo, pero al revés.
O sea: fruta, yogur, pan, bacon y huevos.
Pues bien, el resultado fue que el 75% de los asistentes eligieron la primera opción que se les ofrecía, independientemente de lo que fuera.
Si primero les ofrecían fruta y yogur, eso elegían por mucho que seguramente prefirieran los huevos y el bacon.
Y con esto demostraron que la audaz afirmación de que uno puede ser “delgado por diseño” tiene fuerza.
Pues bien.
Llevando esta lógica a nuestro día a día, podemos estar seguros de que la primera opción que nos encontremos moldeará nuestras acciones.
Y sabiéndolo, lo inteligente es “diseñar” lo que te vas a encontrar.
Es decir, determinar deliberadamente el orden de las opciones que te encuentres.
Porque no hacerlo te lleva a dar tumbos.
Que aunque uno piense inicialmente que lo que falta es motivación, lo que realmente ocurre es que no estamos definiendo el camino.
Como ejemplo, basta con que analices cómo actúas cuando, por ejemplo, desbloqueas tu móvil.
Pues lo más probable es que tu primera acción tenga más que ver con abrir la aplicación que tenga el icono de alguna notificación, que con abrir la que inicialmente querías.
O con tus listas de tareas, que es más probable que acabes haciendo la que está más arriba de todo, que la que es más inteligente.
En fin.
Espero que este enfoque te ayude a entender por qué, a veces, te pasan las cosas que te pasan.
Y te invito a que, como mínimo, pruebes a diseñar lo que te vas a encontrar.
¡Disfruta del día!
Rafael Valero
PD – Si la primera opción que vemos es la que moldeará nuestras acciones, lo inteligente es hacer que sea la correcta.