Cuando te ves atrapado en una discusión, ya sea de tipo profesional o personal, es muy útil que te des cuenta de que por mucho que creas que tienes la razón, lo cierto es que no te está llevando a ningún sitio.
Y quieras o no, te está desviando de tu rumbo.
Porque cuando te enfrascas en una discusión, la comunicación efectiva es imposible, y eso es una pérdida de tiempo.
Nadie que yo sepa, se ha parado nunca en medio de una discusión acalorada y ha dicho “¿Sabes qué?, tienes razón. He cambiado de opinión y estoy totalmente de acuerdo contigo”
A ver, el mayor problema de una discusión es que ambas partes están enfadadas y quieren tener la razón.
Y la situación se agrava a medida que avanza, porque la frustración por no ser “entendido”, o mejor dicho, escuchado, hace que se intensifique el tono, que la rabia se apodere de la situación, y que generalmente se lleguen a decir cosas que ni siquiera son verdad sólo para hacer daño.
Un ejemplo muy típico es cuando un niño pequeño se enfada porque sus padres no le dejan hacer algo y les grita “te odio”.
Algo que evidentemente no es real, sino todo lo contrario, pero el enfado y la frustración les hace decir cosas que en realidad no sienten.
Pero hay una técnica para zanjar discusiones que funciona a las mil maravillas, y que te ahorrará males mayores, y desde luego, ahorrar un tiempo que necesitas para otras cosas.
Cállate.
Sí sí, tal y como te lo cuento.
Cierra la boca y escucha a la otra persona.
Porque discutir no te va a llevar a ningún lado bueno. Y lo sabes.
Así que actúa con lógica y deja a la otra persona que te dé su punto de vista sin contestar a lo que dice, y sin menospreciarle, ya sea mediante lenguaje verbal o no verbal.
Sé que no es fácil.
Créeme que lo sé.
Pero es el mejor modo de no perder tu productividad por culpa de querer tener la razón a toda costa.
Evidentemente, después debes pedir a la otra persona que también te escuche sin interrumpirte, porque sino, no funcionará.
Y si no entra en razón y no es capaz de escucharte sin interrumpirte, lo mejor es que te marches y recuperes la conversación en otro momento, porque no avanzaréis.
Insisto en que sé que no es fácil, y que todo lo sencilla que suena esta técnica, cuando estás en medio del meollo, no es tan simple quedarte ahí escuchando.
Pero pruébalo, que tampoco cuesta tanto.
Que la productividad te acompañe!
Rafael Valero
PD – Si escuchas, puede que aprendas algo.