A veces, la falta de conocimientos y también determinadas creencias, hace que muchas veces no seamos capaces de actuar bajo un prisma de verdadera productividad.
En este caso, me estoy refiriendo concretamente a esa creencia que dice que el ojo del amo engorda el caballo.
Algo con lo que no puedo estar más en desacuerdo, porque básicamente quiere decir que aquello que diriges sólo puede funcionar bien si tú estás presente para que ocurra.
Y eso es una barbaridad, porque si fuera así, no podrían existir los grandes imperios empresariales.
¿O acaso tú has visto alguna vez al dueño de El Corte Inglés o de Zara en algunas de sus tiendas? ¿Y al jefe del McDonalds o del Burguer King?
Verás.
Este tipo de creencias para lo único que te sirven es para ser excesivamente controlador, lo cual es improductivo de todas todas.
Porque te pasas la vida haciendo cosas que no son las que de verdad te llevan a conseguir tus objetivos.
Y eso sin pensar en lo poco felices que puede llegar a hacer a tus empleados que estés todo el día encima de ellos demostrando claramente tu falta de confianza.
Y otra cosa no, pero que tus equipos estén contentos es imprescindible si quieres prosperar.
Porque la experiencia está harta de demostrarnos que un empleado descontento antes o después va a suponer un coste extra.
Ya sea porque se marcha a la competencia en busca de más cariño, o porque disminuye deliberadamente su ritmo de trabajo, y con ello su propia productividad.
Además, por si eso no fuera suficiente, el estar controlando todo el tiempo a tu gente, hace que el crecimiento de tu empresa, o del departamento que dirijas, esté limitado a la capacidad máxima de control que tengas.
Porque te obliga a posponer para “fuera de horas” todas esas tareas que sólo puedes hacer tú, y que tiene como inevitable consecuencia que le tengas que restar horas a tu tiempo de descanso, a tu ocio, y a tu familia.
Por tanto, mi consejo de hoy es que confíes más en tu gente y delegues.
Si no sabes delegar, yo te enseño.
Y si tu gente no sabe hacer el trabajo, dedica tiempo a enseñarles.
Que la productividad te acompañe!
Rafael Valero
PD – Cada minuto que dediques a formar a tus equipos se va a convertir en muchas horas que podrás dedicar a lo que de verdad es tu trabajo.